lunes, 16 de junio de 2014

Nunca iré de viaje. Algo más que el título de un blog

Esa fue la frase pronunciada por mí hace ya más de 30 años cuando era un joven entrenador de segunda división, al verme envuelto en un viaje con el equipo y tener que dar la cara por unos jugadores que no se portaron nada ejemplarmente.

De camino al aeropuerto, cancelaron nuestro viaje y tuve que regresar al lugar en el que nos hospedábamos y rogar, empeñando mi palabra, que nos dejaran quedarnos un día más.

Ese día juré no embarcarme nunca en un viaje de fin de estudios.

Y será porque no me voy a embarcar, sino a enavionar, que heme aquí de nuevo inmerso en una peculiar aventura.

El año pasado ya tenté a mi suerte, pero pude escaparme de la tortura, pero ya se sabe, jugar con la suerte nunca la trae.

Todo comenzó esperanzadoramente. Varios candidatos que pronto me dejaron en la estacada.

Llegado el momento, por mi mala costumbre de empeñar mi palabra, tuve que cumplirla y embaucarme en este trasiego inesperado.



Para que fue aquello.

Grupo de usasap al canto.

Para seguridad en el viaje.

¿En el viaje?

¿Quién me iba a decir a mí que el viaje comenzaba antes?

Petado hasta la eternidad, apagando algún que otro fuego sin tener de bombero más que un llavero en un grupo creado por la ínclita Miriam.



Pronto se percató de lo alocado de la aventura y nos dejó. La llevaremos con nosotros. Tendrá un hueco en nuestros pensamientos.

De todo hemos descubierto. Desde un poeta de la incertidumbre hasta un osado escribano. 

Entre bromas y veras, alguna que otra chispa saltaba.

Algunos años ha ya que los conozco, más nunca dejan de sorprenderme.

Siete intrépidos aventureros y una agripina que viaja en nuestro corazón.

Veremos que depara esta osada correría allende los mares, de vuelta a Catalonia. Todo por probar un día el elixir de Canaletas



Y no olvides...


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